La calculadora

Calculando voooy, calculando vengoooo,  y por el caminooo,

la vida voy perdiendooooo…

 

Calcular, pensar, calcular, pensar, calcular, pensar, calcular, pensar…

¿Y el sentir y el crear, para cuándo?

No todo en la vida es cálculo. No se aprende solamente a través de una mente razonadoramente razonadora.

 

El cerebro está compuesto por dos hemisferios: el izquierdo se encarga de la lógica, numeración, funciones del habla, escritura…, mientras el derecho se encarga de los sentimientos, emociones, creatividad…

 

La gimnasia cerebral fue desarrollada por el Dr. Paul Dennison en los años setenta, y hoy día se utiliza como entrenamiento en muchos ámbitos, consiguiendo unos resultados muy positivos. Consiste en simples y divertidos movimientos y ejercicios que estimulan el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales, produciendo nuevas conexiones y creando un libre flujo de información dentro del cerebro, desbloqueando los atascos informativos que llegamos a tener por diversos motivos.

Optimiza nuestra manera de aprender y actuar.

 

La doctora Carla Hannaford lo explica así en su libro «Aprender moviendo el cuerpo»: «Los dos mayores obstáculos para el uso pleno y amplio de las sencillas modalidades de movimiento son: 1) el arraigado error que tiene nuestra sociedad de suponer que la mente y el cuerpo son entidades separadas y que el movimiento no tiene nada que ver con el intelecto; 2) que las actividades físicas que son sencillas, toman muy poco tiempo y no requieren el apoyo de alguna tecnología no pueden resultar de gran utilidad.

 

El 1995, muchos de los más renombrados investigadores en cuestión cerebral se reunieron en Chicago para examinar qué relación había entre el movimiento y el aprendizaje. Desde entonces, las investigaciones que analizan el vínculo entre el cuerpo y la mente han resultado muy prolíficas. El ejercicio, además de tonificar los huesos, los músculos, el corazón y, los pulmones, también activa el principal desarrollo de las neuronas y de las redes nerviosas del ganglio basal, el cerebelo y el cuerpo calloso del cerebro. El ejercicio aeróbico incrementa el suministro de sangre y oxígeno que llega al cerebro, pero una serie de movimientos coordinados de manera lenta y equilibrada produce una mayor cantidad de neurotrofinas (factores naturales del desarrollo nerviosos) y de conexiones entre las neuronas, incluso, el desarrollo de nuevas células nerviosas, sobre todo en el hipocampo y los lóbulos frontales del cerebro.» Página 134.

 

Son ejercicios muy útiles y fáciles de practicar pues los puedes hacer en cualquier lugar sin tener que preparar ningún material especial.

 

La gimnasia cerebral ayuda a reducir los bloqueos que se producen debido a muchas de las tensiones que manejamos a diario y así conseguir concentración, memorización, oxigenación del cerebro y bienestar. Es una buena práctica para todo el mundo y van muy bien para personas con déficit de atención, hiperactividad, etc.

 

Ejercicio práctico: 

Siéntate en una silla y cruza los pies, poniendo un tobillo delante del otro. Estira los brazos hacia delante. Dale la vuelta a las manos para que se junten los dorsos con los pulgares mirando hacia abajo. Ahora sube una mano por encima de la otra para que se junten las palmas y entrelazando los dedos. Trae las manos hacia el pecho volteándolas al revés bajando los codos. Mantente en esa posición unos minutos, puedes llegar hasta quince.

 

Puedes encontrar muchos más ejercicios de gimnasia cerebral en el libro RELAJACIONÁNDONOS, tus herramientas para cuerpo, mente y corazón. 

 

También trabajamos en colegios, institutos, empresas, asociaciones…, realizando talleres de relajación, trabajo mental y emocional. 

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