La práctica de yoga es de por sí terapéutica.
En estas clases se trabaja de forma individual, con un procedimiento no estandarizado, aportando a cada persona los ejercicios y prácticas más convenientes para su necesidad particular, y así
conseguir los mejores resultados.
Están diseñadas para aportar una nueva manera de ayudar en cada proceso personal, para no caer en la pasividad que suele ocurrirnos cuando tenemos dolencias o cualquier limitación por enfermedad.
Saber que es importante tener un papel activo y ejercitarnos corporal y mentalmente para ayudarnos a vivir mejor, oxigenar el cerebro, fortalecer el corazón, mejorar la postura, poner la mente en
paz, disminuir el estrés, sonreír por dentro, sanar a nivel físico y emocional, dormir mejor, mejorar la digestión, desarrollar la paciencia, llenarse de energía, potenciar la gratitud, liberar
de la tensión, ansiedad y evitar dolores de espalda, de cabeza, etc.